En otros tiempos era muy frecuente que la decoración de las casas, más que pensada para quienes vivían en ella cada día, estuviera orientada a que la vivienda tuviera una buena imagen y apariencia cuando alguien venía de visita. Por eso, en las viviendas era común tener un comedor que solo se usaba en ocasiones especiales y un salón que tampoco se tocaba salvo que vinieran visitas, dejando una pequeña sala de estar para el día a día familiar.

Hoy, las casas son más pequeñas y además la mentalidad ha cambiado respecto a ellas. Ya nadie se plantea que el espacio más grande de la casa esté reservado para las visitas mientras que el día a día se vive en un lugar reducido. El salón y la sala de estar son todo uno, un espacio en el que la familia disfruta del día a día y en el que cada uno tiene su lugar, incluso los niños pueden tener sus áreas de juego o sus mascotas su cama para poder estar con la familia.

Y lo mismo sucede con el comedor. Se busca que sea funcional, que se pueda utilizar a diario y para eso se busca que los materiales sean cómodos y permitan el uso continuado sin dañarse y sin necesitar de grandes cuidados.

Esto no quita que se busque que la casa tenga un aspecto muy moderno y adecuado a lo que dictan actualmente las modas, que no es otra cosa que la decoración bonita pero muy funcional, de la cual vamos a ver algunos ejemplos clave.

Detalles que marcan la diferencia

Si tu casa tiene puertas de madera clásicas de esas que tenían muchos cuadraditos de cristal y filigranas de madera es la hora de renovarlas. Ahora se llevan las líneas lisas, muy fáciles de limpiar y sin cristal para los dormitorios y los cristales grandes que permiten pasar una gran cantidad de luz para sala de estar y comedor. Incluso están muy de moda las puertas de cristal para la cocina porque permiten no solo pasar la luz, sino que no se deforman con la condensación propia de esta habitación.

Ya hemos dicho que las casas de ahora suelen ser más pequeñas y además las personas quieren vivir en la casa y no para la casa. Por eso, los adornos se han reducido al mínimo en este tipo de viviendas. Olvídate de estanterías repletas de pequeños detalles, de figuras de cerámica y de portarretratos de toda la familia. Ahora priman pocos adornos, de calidad y que encajen bien con la habitación.

En los muebles se apuesta por las formas rectas y lisas, fáciles de limpiar y sin demasiadas complicaciones. A esto también ayuda que ya no es necesario tener grandes espacios para libros o para discos en el hogar, ya que casi todas las familias han optado por la digitalización y tienen muchos de estos elementos en un pequeño disco duro de un ordenador que es también cadena musical y reproductor multimedia para la televisión.

Dentro de esta tendencia destacan los muebles a medida, que optimizan mucho más el espacio y que pueden ser el mejor ejemplo de sencillez. Los muebles de salón minimalistas para la televisión, altavoces y un par de adornos son una buena muestra de a qué nos referimos.

Esta sencillez se refleja también en las paredes y colores que se eligen para el hogar. Se han dejado atrás las combinaciones de varios colores que se podían ver otras temporadas y ahora lo que se llevan son las tonalidades grises o azul frío. Incluso se lleva el blanco para toda la casa, aunque es un tono arriesgado por ser bastante manchadizo. No obstante, da mucha luz a la estancia y resulta ideal cuando una habitación es pequeña.

Para los que sientan que los blancos son demasiado fríos puede optarse por los colores crema o algún tono en pastel suave, que también están de moda y ayudan a dar un poco de color a la casa sin que las paredes se vean excesivamente llamativas. Esto no quita que una zona en concreto o una pared en especial pueda pintarse en un color intenso para llamar la atención sobre ella. Por ejemplo, la pared del cabecero en la habitación.

Por último, la clave para que toda esta sencillez funcione y cumpla su misión de hacer que la casa se vea más espaciosa y luminosa está en el orden. El orden es más fácil de mantener cuántos menos adornos haya, pero aun así hay que esforzarse para que todo tenga un buen equilibrio y haya suficientes espacios de almacenamiento, aunque sean semiocultos o usando el truco tan útil de los muebles multifunción, como la mesa de centro que en realidad es un baúl o el sofá con arcón.

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